Web: BLOG - UNA PAPA COMO DARTH VADER…
julio 22, 2015 · de carlosescudero · en Mis freakadas. ·
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger. Para ser exactos la tienda Portaferrissa de Barcelona. Una tienda molona y repleta de guiris. Hacía 26 horas, entraba a las 16.30, bajaba el portal del Ángel meditando en mis cosas y en como iría el día, hacía parada en el Pan’s, me tomaba un café con leche y entonces entraba a la tienda saludando a todo el mundo a ritmo del exquisito ritmo musical, con ganas de aprender, con ganas de seguir adelante.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y no tengo ninguna queja de compañeros y encargados, todo lo contrario. Me trataron todos muy bien, resolviendo dudas y con una sonrisa en la cara. Me hubiese encantado estar allí más tiempo con ellos, hacer bromas con el “walkie” como hacían ellos y yo no hacía por ser “el nuevo”, aprender más de la tienda, de los objetos, de las personas. Saber cuáles eran sus discos favoritos, sus películas favoritas, los momentos con los que vuelan, sus sueños, sus tristezas. Compartir con ellos ratos de tienda, pero también compartir con ellos ratos de la vida.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y siempre quise llevar algún complemento puesto de la tienda, para ser exactos el gorro azul con alas de ángel. En su fanpage y en la misma tienda (y en otras) se lo veía puesto en los empleados pero claro, yo era “el nuevo” y me daba cosa pedirlo. Fíjate tu, menuda chorrada, pero al que os habla, pues le hacía ilusión, y entonces pensé: “Cuando pase el periodo de prueba, les digo si puedo llevar puesto el gorro”. No pasé el periodo de prueba, no llevé nunca el gorro azul con alas de ángel.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y era el ídolo de mi hijo y mi sobrino. La tienda favorita de ambos, y entonces cuando los iba a buscar al casal de verano, les llevaba los caramelitos comprados en la tienda, esos que son 2 por 1 euro, y que hay de menta y de naranja y se ponían supercontentos. Cuando mi hijo Martí me vino a ver a la tienda no podía creer lo que veían sus ojos: “¡tienen helados y todos mamá!”, ¡¡exclamaba emocionado!! Y entonces cuando hacía una compra de esas chulas en la tienda, y les traía a mis hijos el “boli” multicolor, o los colores en forma de dinosaurio, estaban entusiasmados…Sí, el papa molaba y mucho.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y me hicieron un contrato de 6 meses con 45 días de prueba. ¿Y sabéis una cosa? Quizás no era el trabajo de mi vida, pero quizás algún día lo hubiese sido. ¿Que por qué? Pues porque me encantaba estar allí, ver todas esas cosas tan chulas que vendía, escuchar ese hilo musical tan molón, tratar con los clientes, conocer más a mis compañeros, hacerles bromas, reírnos… Porque es ese tipo de tiendas que disfrutas comprando, pero también vendiendo. ¿La razón de no pasar el periodo de prueba? Pues me dijeron que era “poco resolutivo”, eso sí, también me dijeron que era muy buena persona. Claro…Si era tan “poco resolutivo”, ¿por qué se esperaron a decírmelo tan tarde? El día que me echaban para ser exactos. Como diría mi amigo Pau: “El ABC del empresario es decirle bien pronto las cosas al trabajador, para que este pueda mejorar o rectificar”. Llamadme mal pensado, pero yo me pregunto: ¿no será que me contrataron para suplir a las personas que estaban de vacaciones (unas cuantas, por cierto) en mi periodo de prueba y luego le decimos al “nuevo” que no vale y aquí paz y después gloria? Ah no, perdón que era que soy poco resolutivo, perdón no me acordaba…
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y fíjate tu si soy “buena persona” que les escribo un post hablando de ellos, les hago publicidad gratis y no me pagan absolutamente nada por hacerlo. Mi intención es hacerles entender que sí, que molan mucho, pero que aunque molen mucho, no todo vale en este mundo, y menos jugar con las ilusiones de un padre de familia a punto de cumplir los 40, con dos hijos de 2 y 5 años, con un montón de deudas familiares y del banco y que iba al trabajo contento…repito: CONTENTO. No paraba de atender en caja bien rápido, a la que podía reponía, etiquetaba los caramelos, y a la que salía de caja ordenaba la tienda. Llegaba a casa reventado, pero feliz, muy feliz, por trabajar en un sitio que me hacía sonreír.
Yo trabajé una vez en la tienda Tiger y justo cuando llevaba un par de días, me llamaron de dos trabajos que pintaban bastante bien, pero los rechacé por confiar en ellos. Porque me gustaba lo que me ofrecían, me gustaba sus tiendas y pienso que en esta vida se tiene que ser agradecido y si confían en ti, pues responder. Ahora viendo cómo ha ido todo, pues me siento triste, muy triste, porque si, han jugado conmigo y con mi ilusión. Ahora no tengo trabajo y no, no tengo paro.
Yo trabajé una vez en una tienda tiger y tenía un montón de ilusión por aprender con ellos, y sobre todo por aportar cosas que pudiesen mejorar la tienda. Incluso les iba a proponer a los encargados trabajar los domingos, ya que en mi contrato no se contemplaba esa opción. Entendía que era el último que había entrado, por lo tanto por mucho que mi contrato dijera una cosa, sentía que debía ofrecer algunos domingos festivos a mis compañeros…que menos.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y volvería hacerlo con los ojos cerrados. Sí, yo soy guionista, blogger, escritor, youtuber, soñador, futuro Doula, pero también soy dependiente, y además lo he sido en una tienda que me encanta, a pesar de que me dijeran que trabajaría hasta diciembre y me “votasen” en julio. No, en este post no hay odio, pero un poco de rencor, no os voy a engañar. Pero sobre todo hay tristeza, porque a veces parece que no importa que seas trabajador, responsable y vayas con el corazón en la mano, parece que seamos números, material de “usar y tirar” y listos para ser triturados…
Y no, esto no es un llamamiento al mal rollo, ni boicot, ni nada…de verdad, seguid comprando en las tiendas Tiger, yo lo seguiré haciendo. Seguid comprando las libretas molonas, las chuches de regaliz, las cosas del “do it yourself”, las “frikadas”, Seguid yendo a las tiendas Tiger, eso sí, una pena que no os atienda yo. Porque las tiendas Tiger molan, pero conmigo de dependiente os aseguro que molan mucho más, y además, si en Tiger hicieran las cosas mejor con el trato hacia sus trabajadores (por supuesto hablo por mi), no solo molarían, también cambiarían el mundo. Y en el fondo de eso se trata: De cambiar el mundo.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y el día después que me dijeran que me echaban pero que era buena persona, mi hijo me pregunto: “papá, porque ya no trabajas en la tienda Tiger?”. Y mi respuesta en referencia a ellos, fue fea, muy fea.
Espero que nunca más haya respuestas como la mía en otras personas en referencia a las tiendas Tiger, de verdad. Espero no volver a tener esa respuesta con mi hijo referente a un trabajo o a cualquier persona o empresa.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y cuando pasara el periodo de prueba les iba a proponer una idea que iba a funcionar seguro, y además nos lo hubiésemos pasado genial todos. Se trataba de hacer un lipdub en la tienda Tiger de portaferrissacon una canción bien pegadiza. Yo tenía mi propuesta de canción y todo: el “shine” de Take That. Os imagináis a todos en la tienda Tiger de portaferrissa cantando y bailando el “Shine” de Take That? Yo sí. Y evidentemente me hubiese pedido salir en mi parte favorita de la tienda, es decir, la de papelería, repleto de libretas y por supuesto con el gorro azul con alas de ángel.
Es lo que tenemos las personas “poco resolutivas”, que a veces, tenemos ideas buenas y todo.
julio 22, 2015 · de carlosescudero · en Mis freakadas. ·
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger. Para ser exactos la tienda Portaferrissa de Barcelona. Una tienda molona y repleta de guiris. Hacía 26 horas, entraba a las 16.30, bajaba el portal del Ángel meditando en mis cosas y en como iría el día, hacía parada en el Pan’s, me tomaba un café con leche y entonces entraba a la tienda saludando a todo el mundo a ritmo del exquisito ritmo musical, con ganas de aprender, con ganas de seguir adelante.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y no tengo ninguna queja de compañeros y encargados, todo lo contrario. Me trataron todos muy bien, resolviendo dudas y con una sonrisa en la cara. Me hubiese encantado estar allí más tiempo con ellos, hacer bromas con el “walkie” como hacían ellos y yo no hacía por ser “el nuevo”, aprender más de la tienda, de los objetos, de las personas. Saber cuáles eran sus discos favoritos, sus películas favoritas, los momentos con los que vuelan, sus sueños, sus tristezas. Compartir con ellos ratos de tienda, pero también compartir con ellos ratos de la vida.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y siempre quise llevar algún complemento puesto de la tienda, para ser exactos el gorro azul con alas de ángel. En su fanpage y en la misma tienda (y en otras) se lo veía puesto en los empleados pero claro, yo era “el nuevo” y me daba cosa pedirlo. Fíjate tu, menuda chorrada, pero al que os habla, pues le hacía ilusión, y entonces pensé: “Cuando pase el periodo de prueba, les digo si puedo llevar puesto el gorro”. No pasé el periodo de prueba, no llevé nunca el gorro azul con alas de ángel.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y era el ídolo de mi hijo y mi sobrino. La tienda favorita de ambos, y entonces cuando los iba a buscar al casal de verano, les llevaba los caramelitos comprados en la tienda, esos que son 2 por 1 euro, y que hay de menta y de naranja y se ponían supercontentos. Cuando mi hijo Martí me vino a ver a la tienda no podía creer lo que veían sus ojos: “¡tienen helados y todos mamá!”, ¡¡exclamaba emocionado!! Y entonces cuando hacía una compra de esas chulas en la tienda, y les traía a mis hijos el “boli” multicolor, o los colores en forma de dinosaurio, estaban entusiasmados…Sí, el papa molaba y mucho.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y me hicieron un contrato de 6 meses con 45 días de prueba. ¿Y sabéis una cosa? Quizás no era el trabajo de mi vida, pero quizás algún día lo hubiese sido. ¿Que por qué? Pues porque me encantaba estar allí, ver todas esas cosas tan chulas que vendía, escuchar ese hilo musical tan molón, tratar con los clientes, conocer más a mis compañeros, hacerles bromas, reírnos… Porque es ese tipo de tiendas que disfrutas comprando, pero también vendiendo. ¿La razón de no pasar el periodo de prueba? Pues me dijeron que era “poco resolutivo”, eso sí, también me dijeron que era muy buena persona. Claro…Si era tan “poco resolutivo”, ¿por qué se esperaron a decírmelo tan tarde? El día que me echaban para ser exactos. Como diría mi amigo Pau: “El ABC del empresario es decirle bien pronto las cosas al trabajador, para que este pueda mejorar o rectificar”. Llamadme mal pensado, pero yo me pregunto: ¿no será que me contrataron para suplir a las personas que estaban de vacaciones (unas cuantas, por cierto) en mi periodo de prueba y luego le decimos al “nuevo” que no vale y aquí paz y después gloria? Ah no, perdón que era que soy poco resolutivo, perdón no me acordaba…
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y fíjate tu si soy “buena persona” que les escribo un post hablando de ellos, les hago publicidad gratis y no me pagan absolutamente nada por hacerlo. Mi intención es hacerles entender que sí, que molan mucho, pero que aunque molen mucho, no todo vale en este mundo, y menos jugar con las ilusiones de un padre de familia a punto de cumplir los 40, con dos hijos de 2 y 5 años, con un montón de deudas familiares y del banco y que iba al trabajo contento…repito: CONTENTO. No paraba de atender en caja bien rápido, a la que podía reponía, etiquetaba los caramelos, y a la que salía de caja ordenaba la tienda. Llegaba a casa reventado, pero feliz, muy feliz, por trabajar en un sitio que me hacía sonreír.
Yo trabajé una vez en la tienda Tiger y justo cuando llevaba un par de días, me llamaron de dos trabajos que pintaban bastante bien, pero los rechacé por confiar en ellos. Porque me gustaba lo que me ofrecían, me gustaba sus tiendas y pienso que en esta vida se tiene que ser agradecido y si confían en ti, pues responder. Ahora viendo cómo ha ido todo, pues me siento triste, muy triste, porque si, han jugado conmigo y con mi ilusión. Ahora no tengo trabajo y no, no tengo paro.
Yo trabajé una vez en una tienda tiger y tenía un montón de ilusión por aprender con ellos, y sobre todo por aportar cosas que pudiesen mejorar la tienda. Incluso les iba a proponer a los encargados trabajar los domingos, ya que en mi contrato no se contemplaba esa opción. Entendía que era el último que había entrado, por lo tanto por mucho que mi contrato dijera una cosa, sentía que debía ofrecer algunos domingos festivos a mis compañeros…que menos.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y volvería hacerlo con los ojos cerrados. Sí, yo soy guionista, blogger, escritor, youtuber, soñador, futuro Doula, pero también soy dependiente, y además lo he sido en una tienda que me encanta, a pesar de que me dijeran que trabajaría hasta diciembre y me “votasen” en julio. No, en este post no hay odio, pero un poco de rencor, no os voy a engañar. Pero sobre todo hay tristeza, porque a veces parece que no importa que seas trabajador, responsable y vayas con el corazón en la mano, parece que seamos números, material de “usar y tirar” y listos para ser triturados…
Y no, esto no es un llamamiento al mal rollo, ni boicot, ni nada…de verdad, seguid comprando en las tiendas Tiger, yo lo seguiré haciendo. Seguid comprando las libretas molonas, las chuches de regaliz, las cosas del “do it yourself”, las “frikadas”, Seguid yendo a las tiendas Tiger, eso sí, una pena que no os atienda yo. Porque las tiendas Tiger molan, pero conmigo de dependiente os aseguro que molan mucho más, y además, si en Tiger hicieran las cosas mejor con el trato hacia sus trabajadores (por supuesto hablo por mi), no solo molarían, también cambiarían el mundo. Y en el fondo de eso se trata: De cambiar el mundo.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y el día después que me dijeran que me echaban pero que era buena persona, mi hijo me pregunto: “papá, porque ya no trabajas en la tienda Tiger?”. Y mi respuesta en referencia a ellos, fue fea, muy fea.
Espero que nunca más haya respuestas como la mía en otras personas en referencia a las tiendas Tiger, de verdad. Espero no volver a tener esa respuesta con mi hijo referente a un trabajo o a cualquier persona o empresa.
Yo trabajé una vez en una tienda Tiger y cuando pasara el periodo de prueba les iba a proponer una idea que iba a funcionar seguro, y además nos lo hubiésemos pasado genial todos. Se trataba de hacer un lipdub en la tienda Tiger de portaferrissacon una canción bien pegadiza. Yo tenía mi propuesta de canción y todo: el “shine” de Take That. Os imagináis a todos en la tienda Tiger de portaferrissa cantando y bailando el “Shine” de Take That? Yo sí. Y evidentemente me hubiese pedido salir en mi parte favorita de la tienda, es decir, la de papelería, repleto de libretas y por supuesto con el gorro azul con alas de ángel.
Es lo que tenemos las personas “poco resolutivas”, que a veces, tenemos ideas buenas y todo.
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